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LA EXPERIENCIA DEL TIEMPO I

March 02, 20254 min read

Ayer estaba conversando con una amiga y me contaba que cuando se despertó por la mañana, a las 8:30, su hijo de 18 años aún no había regresado, le llamó por teléfono y no contestaba; desde ese momento se sucedieron una serie de llamadas infructuosas, con la correspondiente experiencia emocional: miedo, producto de sus propios pensamientos tenebrosos, hasta que a las 9:30 logró ubicarlo – por suerte no le había pasado nada de todo lo que había imaginado – y utilizó esta expresión, que me dejó pensando, “sentí que mi vida se había detenido”. ¡Su vida se detuvo durante una hora!

Y me puse a pensar en todas las expresiones que usamos en nuestro lenguaje común, con sus correspondientes experiencias emocionales, que incorporan la palabra tiempo.

“Hoy hay mal tiempo”, expresión que se usa en un día lluvioso, y hay personas que se ponen de mal humor. Pero…¡hay personas que lo disfrutan!, y dicen “qué lindo, quedarse en casa, calentito, tomar unos mates o ver una película”.

Me encuentro con una amiga de la primaria que hace años que no veo y le digo “¡cuánto tiempo hace que no nos vemos!”, comenzamos a conversar y poco a poco va emergiendo ese recuerdo que me conecta con esa época de mi vida; las diferencias de aspecto en mi amiga van desapareciendo y empiezo a ver, casi sin darme cuenta, mi amiga de aquel tiempo (dejando de ver lo que observan mis ojos en ese momento: en lugar de ver para afuera, veo para adentro). Nos reímos, recordamos cosas, nos despedimos, y pienso “hace años que no la veo y es como si el tiempo no hubiera pasado”. Y la siento así, con la misma confianza de aquel entonces.

Llego al médico y tengo “la suerte” de tener que esperar un largo rato. ¡Cómo disfruto ese momento!, es “mi tiempo”, puedo leer alguna lectura que siempre llevo en mi cartera, organizar actividades, ponerme al día con aquellas cosas que no pude hacer, tildar aquello que ya hice o escribir lo que me falta, observar la escena que me rodea, entretenerme con las conversaciones entre las personas, ponerme a conversar con alguien y darme la oportunidad de conocerlo, cerrar los ojos y descansar, o lo que sea. Esta experiencia siempre me conecta con la libertad, y lo disfruto. Es un tiempo que “se me regala” para que lo aproveche como quiera, y elijo. Pero… hubo un tiempo en el que moría de rabia porque “me hacían perder el tiempo”, caminaba impacientemente de un lado para el otro, me enojaba, a veces me iba, me ponía de mal humor, y tenía una experiencia totalmente diferente a la que tengo hoy. Y es la misma situación, el mismo médico, la misma sala de espera, pero con experiencias diferentes. ¿Qué cambió?

También recordé - creo que fueron mis primeros pensamientos asociados al tiempo - cuando cursaba Física IV en la universidad y tuve que estudiar la teoría de la relatividad de Einstein. No entendía mucho, y aún hoy, pero me llamó mucho la atención es idea “loca” de que si hay dos gemelos y uno viaja al espacio a la velocidad de la luz y vuelve, va a encontrar a su hermano muy viejito, mientras que él va a seguir siendo joven; el motivo es “la dilatación del tiempo”. Es como si se estirara, y mientras su hermano en la tierra vive 20 años, él vive un tiempo estirado, más largo, más rendidor, y sólo son 2 meses. Sé que es raro pensar esto, pero en aquel momento, tuve que tratar de entender esta idea que “mis sentidos” no me ayudaban a comprender.

Pero volvamos a otras expresiones.

Cuando estoy en una reunión aburridísima,  o en aquellos momentos en la secundaria en que la profesora de Historia sacaba su libreta e iba repasando el listado de alumnos para llamar a lección, o cuando espero que me llame alguien para algo importante… “el tiempo se me hace eterno”, no termina más. Y lo opuesto…estoy pasándola genial en una fiesta, los primeros encuentros amorosos,  las vacaciones, un encuentro divertido con amigos…y “todo termina en un instante”.

Da la impresión que las experiencias asociadas a algo negativo “dilatan el tiempo” y las positivas “contraen el tiempo”. ¿Qué explicación nos daría nuestro querido Albert a esto?

Entonces, ¿qué es el tiempo? ¿realmente existe o sólo es una “experiencia” que depende exclusivamente del observador? ¿Tendrá algo que ver la conciencia?

No lo sé, es más, sé que no sé nada, pero intuyo que por más que los seres humanos nos esforcemos ingenuamente en querer controlar el tiempo con objetos llamados relojes, hay algo que depende del observador, porque si no, todos tendríamos la misma experiencia.

¿Qué pasaría si lograra cambiar mi percepción, como me ocurrió con las esperas en el médico? ¡Cambiaría mi experiencia subjetiva de la vida!

Y llego a la conclusión que mi bienestar - asociado a la experiencia del tiempo - sólo depende de mí.

Vivo apasionada por dejar un mundo mejor al que recibí.

Julieta Casnati

Vivo apasionada por dejar un mundo mejor al que recibí.

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